Bruselas.— La estabilidad de México corre peligro, advierte Marcel Baartman, economista integrante del Instituto holandés de Relaciones Exteriores, Clingendael.

“Las probabilidades de que México se desestabilice están aumentando por una serie de componentes políticos y económicos”, dice a EL UNVIERSAL Baartman.

Desde la perspectiva económica, las preocupaciones tienen su origen en problemas estructurales que país arrastra desde antes del arribo de Donald Trump a la Casa Blanca.

El potencial económico del país era limitado a causa de la inseguridad, la corrupción, la debilidad regulatoria de las instituciones y un inadecuado sistema educativo.

Sostiene que entre 1994 y 2016 el crecimiento anual fue de 2.6%, “modesto” para un país que cuenta con mano de obra barata, enormes recursos y una posición privilegiada de acceso al mercado Norteamericano.

“La llegada de Trump agrava más la frágil situación económica, debido a que las expectativas de crecimiento para este 2017 recaían en el sector exportador, responsable de 37% del PIB y concentrado en 80% en EU”.

“Así que cualquier tipo de obstáculo en las relaciones, llámese muro, imposición de tarifas arancelarias, renegociación o abandono del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tendrá enorme impacto en la economía mexicana”.

El investigador holandés, detalla que el impacto no se limitará a exportaciones, dañará la confianza de inversionistas y consumo interno.

Además, conducirá a un aumento del déficit público, el desempleo, la caída del poder de compra, una mayor devaluación del peso y un incremento de la devaluación.

El horizonte sociopolítico es igual de sombrío para la nación, de acuerdo con el análisis estratégico realizado por Baartman.

La delicada situación política y social que vive México, exacerbada por la corrupción, la impunidad y fenómenos como el gasolinazo, inevitablemente se agudizará a causa del deterioro económico. Asegura que esto podría debilitar al Estado mexicano y su capacidad de respuesta ante los cárteles de la droga y la violencia.

Si agregamos las políticas hostiles de Trump, continúa, México podría terminar apostando en las elecciones del 2018 por un gobierno populista que apueste por el populismo y genere animosidad hacia el norte.

“Si los mexicanos mantienen la calma sobre Trump, no sólo darán el mensaje de ‘buena voluntad’ a los estadounidenses, también a las compañías internacionales y los mercados financieros. México necesita de inversión extranjera directa, una reacción madura y bien gestionada terminará impresionándolos”, dijo.

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