Las expectativas en torno a la correcta aplicación del Sistema Nacional Anticorrupción en México son muy altas, sobre todo cuando hablamos de temas que son del dominio diario de los medios de comunicación nacional e internacional como: corrupción e impunidad, conflicto de interés, soborno, lavado de dinero, etc., sin embargo, estamos en los albores de la planeación para implementar dicho sistema en forma sistémica y sistemática.

El Sistema Nacional Anticorrupción, su reglamento y demás documentos secundarios que tendremos listos a partir de la segunda mitad del próximo año, son un buen comienzo; organismos como el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), se unen a estos esfuerzos conjuntos entre los tres actores principales: gobierno, empresas de iniciativa privada y sociedad civil.

No obstante, el desarrollo de estas leyes que engloba el Sistema Nacional Anticorrupción, su aplicación, acatamiento y sanciones que pudieran conllevar, necesitan cumplir con dos factores determinantes: ética y cumplimiento, condiciones fundamentales para su eficiente consecución. Por muy elaborada y estricta que pueda ser una ley, reglamento o normativa, sus sanciones y penas; está demostrado que cuando no hay ética para hacerla valer, de nada sirve.

La relevancia que adquieren hoy en día los códigos de ética y conducta no son consecuencia de una tendencia o una moda, sino de la necesidad que tenemos como sociedad de establecer reglas que puedan inferir directamente desde la lógica social a la práctica de la prevención, detección, resolución, registro y comunicación de actos y conductas que vayan en contra de los principios y valores universales tales como: la integridad, la honestidad, el bien común, el respeto, la igualdad, por mencionar algunos.

Un estudio realizado por el doctor en Administración, Rubén Díaz, catedrático de la Universidad Anáhuac, a empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, revela que las empresas que cuentan con un código de ética y conducta tienen mejores rendimientos en sus inversiones que aquellas que carecen de estos códigos.

En definitiva, el argumento a favor de la inversión en ética y cumplimiento es más fuerte que nunca. Se conoce entonces que cuando las organizaciones invierten financiera y culturalmente en ética y cumplimiento, crean valor para la organización, sus clientes, empleados y terceros involucrados.

Un elemento más que se acaba de dar a conocer por parte de la International Standardization Organization (ISO por sus siglas en inglés), es la norma ISO 37001:2016, publicada el pasado 16 de octubre, siendo esta una herramienta más que se adiciona a los esfuerzos internacionales, con el objetivo de ayudar a las organizaciones a combatir el soborno y promover una cultura empresarial ética.

Basada en la estructura de alto nivel, la norma ISO 37001: 2016 se integra fácilmente en otros sistemas de gestión existentes, como ISO 9001: 2015 e ISO 14001: 2015. Además, los requisitos de la ISO 37001: 2016 son genéricos y aplicables a organizaciones de todo tipo, ubicación y tamaño. Por lo tanto, las organizaciones que ya han invertido en controles anti-soborno probablemente verán una mejora en las prácticas existentes con la incorporación de los requisitos de esta norma.

Aunque la norma ISO 37001: 2016 no garantiza que una organización quede libre de sobornos, especifica una serie de medidas que sirven de marco para que las organizaciones implementen controles que mejoren su capacidad de prevención, detección y tratamiento del riesgo de soborno.

La parte educativa también juega un papel muy importante en este sentido, es por eso que instituciones educativas como la Escuela libre de Derecho, la Universidad Panamericana y el Instituto Tecnológico de Monterrey se han dado a la tarea de conformar cursos y Diplomados cuyos contenidos incluyen como eje central el entendimiento y aplicación de la ética empresarial y la cultura de cumplimiento. En el IMEF, también estamos a la vanguardia del tema y por ello llevó a cabo el Seminario “La ética en los negocios, una ventaja competitiva”, que dado su éxito será replicado el próximo año.

De esta manera, el Instituto seguirá aportando a la transformación y preparación de sus agremiados, conforme a lo dispuesto en su Código de Ética y Conducta Empresarial, enmarcado en una filosofía institucional labrada durante más de 55 años de existencia.

Vicepresidente e integrante del comité del Comité Técnico Nacional de Ética y RS del IMEF
Correos: eortiz@fermaca.com.mx
y fcevallos@forensicsandcompliance.com

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