La economía de América Latina y el Caribe sufrirá una recesión algo más profunda de lo que se estimaba anteriormente, dijo el martes el Fondo Monetario Internacional, debido a una agudización del histórico desplome de la actividad en Brasil y un desempeño moderado en México.

El FMI proyectó en su última edición de las Perspectivas de la Economía Mundial que la producción de la región de Latinoamérica y el Caribe se contraerá un 0.5 por ciento en 2016, un descenso levemente más pronunciado que el 0.3 por ciento que había calculado el organismo en enero.

Sobre Brasil, el informe dijo que "muchas de las grandes perturbaciones de 2015 y 2016 habrán recorrido su curso, y con la ayuda de una moneda más débil, se proyecta que el crecimiento pase a ser positivo durante 2017. No obstante, la producción en promedio probablemente seguirá sin cambios".

El Fondo advirtió que sus pronósticos acerca del país estaban sujetos a una "gran incertidumbre". El reporte dijo que "posibles demoras en el retorno a condiciones más normales" en Brasil y Rusia podrían empujar nuevamente al crecimiento global por debajo de la previsión actual.

La economía brasileña está pasando el segundo año de la que se espera sea su peor recesión en más de un siglo. La actividad se frenó, el desempleo asciende y la inflación continúa elevada, ante la inquietud en torno al proceso de impugnación de la presidenta Dilma Rousseff y un vasto escándalo de corrupción.

La perspectiva para México luce más favorable, ya que el país "continuaría creciendo a un ritmo moderado (...) apuntalado por una saludable demanda doméstica privada y los efectos derrame de una robusta economía estadounidense", reseñó el organismo con sede en Washington.

El FMI dijo que la economía mexicana se expandiría 2.4 por ciento este año y 2.6 por ciento en 2017. Aún así, las nuevas estimaciones representaron disminuciones respecto de los cálculos ya rebajados que había ofrecido en enero, destacando una reducción gradual del optimismo en torno a México.

Perú volvió a presentar el mejor panorama de Latinoamérica, con un avance esperado del crecimiento en 2016 y el próximo año, a 3.7 por ciento y 4.1 por ciento, respectivamente. El FMI atribuyó esta mejora a un fortalecimiento de la actividad en el sector de los recursos naturales, que incluye la minería.

Sin embargo, las proyecciones para los otros países de la región continuaron deslucidas. Chile se vería afectado por el declive del precio del cobre, Colombia por la baja del valor del petróleo, Argentina tendría una leve recesión este año por el ajuste que atraviesa y Venezuela seguiría en una crisis aguda.

El Fondo resaltó que los riesgos a la baja para el panorama mundial aumentaron respecto de enero, cuando emitió sus proyecciones anteriores, debido a la intensificación de un conjunto de factores, como el impacto de la transición económica de China y del ajuste de la liquidez global.

En el primer trimestre, las economías emergentes -incluyendo a Latinoamérica- fueron golpeadas por un desplome de los mercados y una gran volatilidad que se desataron cuando la Reserva Federal estadounidense subió su tasa por primera vez en casi una década, a lo que se sumaron malas noticias de China.

Como recomendaciones de política en general ante este panorama, combinado con el pronóstico de precios bajos de las materias primas por un período extenso, el FMI recomendó a los países emergentes mantener la flexibilidad cambiaria, vigilar el impacto de este enfoque sobre la inflación y ajustar el gasto.

El reporte citó recetas para algunos países en particular, entre ellos Brasil. "El gobierno debe perseverar son sus esfuerzos de consolidación fiscal para fomentar una recuperación de la confianza y la inversión (...) una reducción de la inflación (...) requerirá una política monetaria ajustada".

tcm

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