El desempleo en México disminuye, pero con una generación de puestos de trabajos precarios, sin las prestaciones que otorga la ley y con bajos salarios.

Durante el primer trimestre del año, la tasa de desocupación fue de 4.2% de la Población Económicamente Activa (PEA), tasa inferior al 4.9% que se registró en el mismo periodo del año anterior, y menor al 4.4% del último cuarto de 2014, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.

“Más de una tercera parte de los empleos que se generaron en el primer trimestre, comparados con el mismo periodo de 2014, se dio en el sector informal y en condiciones de menores salarios”, comentó el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, José Luis de la Cruz.

Entre el primer trimestre del año pasado y el de este 2015, se crearon 500 mil 225 empleos en general, de los cuales, 45.7% —228 mil 784— tenían carácter informal, es decir, carecían de las prestaciones que otorga la Ley.

De esa forma, la tasa de informalidad laboral se ubicó en 57.6% de la población ocupada, equivalente a 28.7 millones de trabajadores.

Por nivel de ingresos, 62% de los empleados subordinados y remunerados sólo ganaban hasta tres salarios mínimos —5 mil 343 pesos al mes— al cierre de marzo de este año. En tanto, 46% de los empleados —15 millones 588 mil— no contaban con un contrato por escrito. La tasa de condiciones críticas de ocupación pasó de 11.7% el primer trimestre de 2014 a 12.2% al mismo periodo de 2015.

En condiciones críticas de ocupación están personas que trabajan menos de 35 horas a la semana, así como aquellas que laboran más de 35 horas a la semana con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y los que se ocupan más de 48 horas semanales con dos salarios mínimos

“Lo anterior es resultado del bajo crecimiento económico, que las empresas tienen complicaciones para emplear más personal, además de que las políticas públicas para generar trabajo no han impactado sobre la calidad del mismo”, añadió De la Cruz.

El profesor del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Alfonso Bouzas, dijo que la política laboral del gobierno busca formalizar al sector informal con mecanismos como el vale del primer empleo y un programa de regularización.

Sin embargo, afirmó que la estrategia sólo fomenta un empleo cada vez más precario, inestable y con salarios por debajo de los necesarios. Esta tendencia se observa desde 2007.

“Esta dinámica polariza a la población. Pocos muy ricos y muchos muy pobres, con empleo precario y cada vez un mayor desajuste social. La mayor pobreza de la población hace que la demanda interna sea más débil, un factor clave del crecimiento económico del país”, agregó el académico.

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