En la actualidad, el ser humano busca estar comunicado en todo momento, generándose así la necesidad de estar conectado mediante dispositivos móviles a los diferentes sistemas y plataformas tecnológicas que han simplificado sus actividades y tareas cotidianas, teniendo un mayor control sobre las mismas, lo que ha derivado en un impacto positivo en su calidad de vida.

Con base en lo anterior, las tesorerías deberían dirigir sus esfuerzos a modernizarse, con el fin de simplificar las tareas del día a día y enfocarse a definir la estrategia que le permita lograr los objetivos del negocio. Para hacer esto posible, las tesorerías requieren implementar sistemas que les permitan ser dinámicas y flexibles en cuanto a realizar cambios rápidos, así como a tener habilidades de adaptación a un entorno altamente cambiante

Hoy, nuestras tesorerías se han modernizado y se han convertido en una parte fundamental del control estratégico de cualquier ente económico o entidad financiera y por lo mismo, debemos vigilar los impactos directos tanto de factores internos como externos, los cuales pueden afectar su efectividad y objetivos. Es por ello que en el IMEF consideramos importante mantenernos actualizados y hacer uso de todos aquellos controles que puedan mitigar o hagan frente a los riesgos, de tal suerte que podamos seguir adelante con nuestros planes de crecimiento y expansión.

Por mencionar algunos de los factores externos que afectan a nuestras tesorerías, encontramos las tasas de interés, el tipo de cambio, la inflación, la operación de los sistemas bancarios, entre otros. Los factores internos pueden identificarse al presentar un exceso de burocracia o falta de comunicación interna.

Dentro de las funciones de nuestras tesorerías se encuentran —entre otras—, proveer información acerca de las entradas y salidas de flujo de efectivo, así como información acerca de las actividades de inversión y financiamiento. Bajo esta premisa, además del objetivo o los objetivos —tanto de corto como de largo plazo— del ente económico o entidad financiera, la ardua tarea del tesorero actual es identificar cuál o cuáles son las mejores estrategias para contrarrestar los posibles riesgos inherentes al negocio.

Ante ello, el IMEF recomienda preguntarse al interior del negocio si deben tenerse estrategias y sistemas de apoyo que ayuden a controlar y monitorear las mismas dentro de las tesorerías.

La respuesta obligada es sí.

Recordemos que es muy alto el costo financiero que representa la no cobertura de un riesgo. Pugnemos por las coberturas a través de la implementación de sistemas de apoyo, de controles internos y mejores prácticas de administración de la tesorería. Por mencionar un ejemplo, uno de los riesgos latentes y de los que es más común cubrirse, es por la variación en el tipo de cambio.

Si derivado de nuestras operaciones manejamos pasivos en dólares, lo mejor es tener una cobertura de esos pasivos en sus fechas de vencimiento y evitar o mitigar así posibles impactos negativos.

Dentro de las prácticas más comunes de la administración de la tesorería moderna, podemos encontrar el fondeo a través de los mercados de capitales, el control del efectivo y la liquidez, el control financiero corporativo, el manejo de riesgos, entre otros.

Para poder llevar a cabo de manera efectiva todas y cada una de estas funciones y actividades debemos mantenernos actualizados en información económico-financiera, ser eficientes en los procesos, contar con sistemas tecnológicos que nos ayuden con la administración de corto y largo plazo para lograr la estrategia, y sobre todo mantener un control detallado y estricto de todas las operaciones efectuadas y por realizar, de esta manera podremos garantizar dar un servicio de calidad a nuestros usuarios finales.

Miembro del Comité Técnico Nacional
de Tesorería del IMEF.
Email: mdelgado@rapiscansystems.com

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