La falta de controles y los huecos en sistemas tributarios en países como México, Chile, Perú y en el resto de América Latina provocan la salida de flujos financieros ilícitos que en la última década sumaron 150 mil millones de dólares, cantidad que contrasta con los 170 mil millones de dólares de inversión extranjera que entró a la región en 2014, dijo la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena.

Pese a que pueda molestar a empresarios y a los ciudadanos, se requiere que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) haga ajustes y ponga más controles, incluso sobre los mexicanos que salen o vuelven de viaje, afirmó en entrevista con EL UNIVERSAL.

El problema es que en Latinoamérica se detectan elusión y evasión fiscal en las que participan empresas extranjeras que invierten y no pagan impuestos. Hay condonaciones de los mismos gobiernos, que dan una especie de franquicias y salen las rentas de capital sin pago alguno, aseguró Bárcena.

La directiva de nacionalidad mexicana explicó que, por ahora, mantienen un estimado de crecimiento de 3% para México, pero hacen falta mejores esquemas de ahorro, mayor bancarización, formalizar a los trabajadores informales y aumentar su recaudación.

Solamente así México será capaz de financiar sus proyectos y dejará de sufrir por los ajustes que se esperan de la Reserva Federal de Estados Unidos a las tasas de interés, destacó.

¿Cómo ha cambiado el panorama económico de Latinoamérica de enero a la fecha?

—Estamos en una desaceleración económica que tiene repercusiones para América Latina en la que hay diversas realidades, resiliencias y problemas.

El crecimiento promedio de la región será de entre 0.9% y 1% en promedio, un crecimiento mediocre.

Sudamérica impulsa el promedio hacia abajo, con crecimientos negativos de -0.9% en Brasil, -3.5% en Venezuela y de cero en Argentina. Hay economías en Sudamérica donde no les va tan mal: Paraguay, Uruguay, Chile, con 3%, y por arriba del promedio estarán Ecuador y Bolivia, que son de las economías que más crecen. Centroamérica muestra recuperación, crecerá en torno a 4%, y México en torno a 3%, cifra asociada a Estados Unidos y el Caribe, una mejor recuperación que en 2014, impulsada por el turismo.

¿Ajustarán expectativas de crecimiento del PIB para México?

—Estamos en 3%, pero hemos visto que por parte de las mismas autoridades se va a actualizar. Mantenemos esa cifra, pero dependerá de muchas cosas, porque repunta el crecimiento de Estados Unidos, aunque no tanto como se esperaba, lo que afectará a México, Centroamérica y el Caribe.

Se recuperarán exportaciones, maquila y remesas, mientras que la inversión extranjera directa en México muestra una caída que tiene que ver con los altos flujos de 2013, año en el que se registró la compraventa de la Cervecería Modelo por más de 15 mil millones de dólares.

Pero siguen llegando inversiones, sobre todo a la industria automotriz de nueva generación, por ser tecnológicamente más avanzada. En esta industria se genera empleo (y) se articulan cadenas de valor. Eso permite que México tenga capacidades para que logre una mayor industrialización y diversificación de la economía, articulando sectores entre sí, pero para ello necesita políticas activas. Hay interés de la Secretaría de Economía para articulación industrial, la atracción de la industria aeroespacial de las piezas y partes.

¿El aumento de tasas de interés de la Reserva Federal qué tanto afectará a Latinoamérica?

—La región va a sufrir por el encarecimiento del financiamiento externo. Tuvimos un periodo de financiamiento barato que nos ayudó, pero ahora si las tasas de interés empiezan a subir va a afectar porque va a encarecer el financiamiento. Aunque en Europa tienes tasas de interés aún muy bajas y aunque suban las de Estados Unidos siguen relativamente bajas.

Falta un esfuerzo de una bancarización profunda. Creo que hoy por hoy en el continente falta que haya una profundización financiera. La mayor vulnerabilidad que puede tener América Latina es la relacionada con la balanza de pagos, que si cambia el ciclo externo todo se transforma.

La región tiene capacidad para tomar acciones anticíclicas. Recomendamos protección de la inversión pública y privada, como lo han hecho Colombia, Ecuador y Bolivia, porque lograron mayor resistencia a la caída de precios de los commodities.

Hablamos de que en la región se han hecho reformas fiscales que tienen un hilo conductor, aumentar el Impuesto Sobre la Renta (ISR), lo que ha compensado los ingresos de los países con respecto a la caída de los precios de los commodities.

El tema es que los sistemas fiscales puedan funcionar y recaudar más, aunque al sector privado no le guste. Pero hay que atender los temas de evasión y elusión fiscal.

De la región salen capitales por un monto de aproximadamente 150 mil millones de dólares de fondos ilícitos, compuestos por evasiones, elusiones fiscales y salida de capital de gente que se lleva su dinero a paraísos fiscales.

La inversión extranjera directa del 2014 va a ser de alrededor de 170 mil millones de dólares, más o menos lo mismo que esos fondos ilícitos.

Por ese concepto, ¿cuánto correspondería a México?

—Los migrantes están aportando 62 mil millones, la mitad de esa cantidad, y luego la ayuda oficial al desarrollo es de alrededor de 10 mil millones, 15 veces menos que todos los ilícitos.

Hay que poner cuidado en esto. Se tienen que revisar las reglas del juego a nivel internacional en materia tributaria. Tienen que hacer un esfuerzo los países por sí mismos y también hay que resolver la asimetría internacional que hay. El dólar es un enorme privilegio porque Estados Unidos presta caro y se endeuda barato y ahí ganó la banca. Hay un tema de fondo que se tiene que resolver

¿Estos 150 mil millones de dólares que salen de manera ilícita son lavado de dinero, son empresas formales?

—Detectamos elusión y evasiones fiscales, falta de pagos de IVA que salen de nuestros países. Son incluso empresas extranjeras que invierten en Latinoamérica y no pagan impuestos. O rentas de capital que salen libres y luego encima de todo les das franquicias.

En su opinión, ¿qué tan alarmante es la situación?

—Es una situación que se repite en África y América Latina. Asia tiene un mayor control de entrada y salida de capitales. Es un tema en el que tenemos que poner atención. Para tener un buen mercado de capitales hay que tener un buen mercado de ahorrantes y tenemos que mejorar el sistema tributario, porque no podemos depender del financiamiento exterior.

El pago de impuestos es muy importante, la bancarización y el ahorro también. Así que hay que formalizar trabajadores porque pagan impuestos, contribuyen al sistema social de salud y así tienes un fondo de pensión que puede ser usado en esquemas de ahorro y de inversión.

Ahora, con la reforma energética, los ahorrantes podríamos ser inversionistas, en lugar de esperar el señor “X” o la empresa extranjera.

Podría crearse una cooperativa para los trabajadores del petróleo y ser inversionistas, comprar algunas acciones del sector energético. Sí se puede, como se ha hecho en otros países como Noruega. Hay que cambiar un poco la mentalidad. Nadie nos va a resolver el problema.

¿Tiene que ver con la informalidad o cómo se detecta?

—Esto se ve en los registros tributarios; calculas cuánta inversión entra a tu país y ves si hay una tasa tributaria equivalente de las empresas.

Por ejemplo, muchas empresas asiáticas invierten vía Luxemburgo o en paraísos asiáticos. Por eso se ve la inversión que llegó a América Latina, pero no el beneficio que llegó en términos tributarios.

No es fácil hacer seguimiento a fondos ilícitos, pero es un gran tema, porque hay evasión de empresas extranjeras, elusión de impuestos y salida de paraísos fiscales.

La tarea del Servicio de Administración Tributaria de México es importante porque realizan una tarea extraordinaria de seguimiento contra los que deben pagar impuestos, y, aunque moleste, es bueno que incluso sigan a los que llegan y salen de viaje. Por ahí se empieza la necesidad de fiscalizar el movimiento de ahorros y capitales.

¿Qué países sufren más por esto?

—Todos en alguna medida. En Chile, por ejemplo, por diversas razones las rentas de capital que son repatriadas son superiores a las entradas. En Perú también. México es uno, pero no sé qué cantidad le corresponde, pero en total son 150 mil millones de dólares.

¿Cómo subir salarios y la productividad, como lo pide la Cepal, para México y la región?

—Hay que incrementar la productividad y no a costa de los trabajadores. En México hay que hacer una revisión del salario mínimo, porque el problema de aquí es que se incrementa de acuerdo con la inflación estimada para el próximo año y así no se puede.

En la renegociación con los trabajadores hay que incluir aumento salarial y si las empresas no pueden pagar más salarios pueden capacitar a los trabajadores gratuitamente para mejorar sus habilidades, darles un incremento en especie. Así formarán capital humano y no podrán decir que no encuentran personal capacitado. Si se les capacita aumentas productividad.

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