“El Poder Judicial federal tiene que sufrir una sacudida. Yo lo he dicho y he insistido: no puede seguir como está, por eso es que se tiene que innovar en las formas y las prácticas”. Estas fueron las palabras de Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Senado, al presentar su iniciativa de reforma integral al Poder Judicial.

La “sacudida” a la que se refirió el senador Monreal consiste en incrementar de once a dieciséis el número de ministros que integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Los cinco ministros que se añadirían, de prosperar la propuesta, servirían para crear una nueva Sala Anticorrupción.

La SCJN funciona mediante dos órganos: el pleno, que se integra por la totalidad de sus miembros, y dos salas, cada una compuesta por cinco ministros. Las salas dividen su competencia por materia. La Primera Sala resuelve asuntos civiles y penales, y la Segunda Sala los de carácter administrativo y laboral. Actualmente, los casos relacionados con hechos de corrupción pueden conocerse tanto en la primera como en la segunda sala, dependiendo de si se trata de un asunto de tipo penal o administrativo.

Las reacciones a la iniciativa del senador Monreal llegaron inmediatamente. La principal crítica que recibió tiene que ver con la intención política de la propuesta. Legisladores del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano advirtieron que el verdadero propósito del senador de Morena es “empaquetar la corte”, es decir, nombrar un bloque de ministros afines a su partido político, suficientemente grande como para nulificar el contrapeso que la SCJN ejerce sobre el presidente y la mayoría en el Congreso.

De los once ministros que integran la SCJN, sólo dos han sido nombrados por la actual integración del Senado, a propuesta del presidente López Obrador. En 2021, al dejar el cargo el ministro Fernando Franco, López Obrador tendrá la oportunidad de conseguir el nombramiento de un tercer integrante de la corte. Si los ministros nombrados por Morena y sus aliados en el Senado formaran un bloque, aún así no tendrían los votos suficientes para impedir que los otros ocho ministros declaren inconstitucional una ley, en el marco de un juicio de acción de inconstitucionalidad o de controversia constitucional.

Sin embargo, si la iniciativa del Senador Monreal llegara a prosperar, el número de ministros nombrados por Morena y sus aliados a propuesta del presidente López Obrador llegaría a ocho de dieciséis. Con ello, este bloque tendría poder de veto sobre cualquier decisión en el máximo órgano de control de constitucionalidad de la nación.

Por ello, la oposición ha rechazado la propuesta. Su aprobación implicaría debilitar al Poder Judicial y, en consecuencia, perder la principal garantía constitucional a sus derechos como minoría.

Las otras críticas a la iniciativa del senador Monreal tienen que ver con su costo y pertinencia. Según estimaciones de especialistas, los cinco ministros nuevos implicarían un gasto adicional de más de 200 mdp anuales. Por otro lado, el volumen de casos relacionados con hechos de corrupción que llegan a la SCJN no parece justificar la creación de una Tercera Sala dedicada exclusivamente a este tipo de asuntos.

El senador Monreal, un político experimentado y audaz, sabe que con los votos de Morena y sus aliados en la Cámara alta no le alcanza para aprobar la reforma constitucional que propone. Pero la iniciativa es al menos un amago que pone a la oposición a la defensiva y al Poder Judicial bajo una presión política sin precedentes tras la transición a la democracia.

Consejero Electoral del INE

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