Nadie diría que el Alfa Romeo Giulia tuviera una presentación secreta en una bodega por los rumbos de Mazaryk, en la Ciudad de México, en abril pasado. Imposible que la revelación en sociedad de un supersedán de este calibre (acaso la quintaesencia contemporánea de la deportividad italiana en cuatro puertas y una cajuela reconocible) pasara desapercibida. Pero sí que hacía falta una puesta de largo que le hiciera justicia, así que a mitad de semana el Autódromo Hermanos Rodríguez abrió su proverbial trazado para que el Giulia demostrara sus capacidades.

Sucede que el Giulia en sus versiones Ti y Quadrifoglio (qué tentación llamarlo la Giulia, pero quizás el femenino debería reservarse para biplazas descapotables italianos) no se plantó solo en el escenario que en tres meses verá el Gran Premio de México; lo acompañó la familia completa: el Mito, el Giulietta y el 4C . Incluso se dejó ver y manejar el 4C Spyder, irresistiblemente sexy y ágil con su motor central.

Todos esos modelos, herederos algunos de nombres míticos en la historia del automovilismo, funcionaron como muestra de los planes de expansión y consolidación de la marca italiana en nuestro país. Ese día fue una celebración del alfismo como estilo de competencia deportiva y desarrollo ingenieril (el que considera, por ejemplo, que la velocidad es una cuestión de equilibrio y un chasís artístico, más que un asunto que pueda apurarse con potencia bruta); también del alfismo como estilo de vida, compuesto por intangibles, por pasiones, como las que llevaron a Juan Manuel Fangio (campeón del mundo en 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957) a declarar: “Correr con Alfa es como para un tenor cantar en el teatro de La Scala”. Y, ojo, el genio corrió con Ferrari y Maserati, nada más.

Día del orgullo Alfa Romeo
Día del orgullo Alfa Romeo

Giulia a la vista. Este supersedán que se disfraza de coupé (sobre todo por la forma en que el poste A se clava en el cofre inmenso, imponente) impresiona en pista no tanto por la potencia de su V6 biturbo fabricado en aluminio y 2.9 litros ( tremenda: 505 hp), sino por la gracia de sus movimientos en curva, ágiles pero nada nerviosos. Estas especificaciones que damos son de la versión Quadrifoglio (el Ti es más terrenal, con un cuatro cilindros turbo de dos litros).

Por cierto: hay una historia interesante sobre el término y la tradición Quadrifoglio . Es casi una historia novelesca. La marca afirma que todo comenzó con un simple deseo de buena suerte, que terminó siendo un símbolo de otra cosa: récords y victorias en la pista para Alfa Romeo y los conductores que lo representaron.

En 1923, el legendario piloto Ugo Sivocci quiso romper con una serie de segundos lugares de Alfa . Como preparativo para la clásica carrera Targa Florio a lo largo de las montañas de Sicilia, pintó un cuadrado blanco con un quadrifoglio o trébol de cuatro hojas, en el frente de su Alfa RL Targa Florio (uno de los más hermosos de todos los tiempos). Tuvo la fortuna de terminar en primer lugar. Unas semanas después, Sivocci estaba probando un nuevo vehículo que no tenía su símbolo de la suerte y, ajá, perdió la vida en un accidente traumático (aunque el piloto no fue uno de los grandes, de primera línea).

Día del orgullo Alfa Romeo
Día del orgullo Alfa Romeo

Esto marcó el inicio de una tradición: en todos los coches de carreras posteriores Alfa Romeo se pintaron tréboles quadrifoglios sobre un triángulo blanco, en vez de un cuadrado, para que la esquina faltante simbolizara la pérdida de Sivocci. Después de la Segunda Guerra Mundial, se usó el quadrifoglio para designar el performance de los sedanes Alfa, como el Giulia Ti Super 1963, el Giulia Sprint GTA 1965 y, claro, el presente, magnífico heredero del arte de la competición.

En esta especie de Día del orgullo Alfa hubo un detalle encantador: una serie de maquetas y autos a escala de colección que representaron muy bien la historia rica de la marca, con sus modelos eternos. La mejor noticia es que la mayoría provenía de la colección del Museo Franz Mayer de la CDMX. Así que todos a visitarla.

GIULIA QUADRIFOGLIO

MOTORV-6 biturbo de aluminio / 2.9 litros

POTENCIA 505 hp

TORQUE443 libras/pie

ACELERACIÓN 3.8 segundos en el 0-100 km/h

PRECIO $1,850,000

7:32 Su tiempo en Nürburgring, récord para un sedán de 4 puertas

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