Quizás la más alta prioridad al conducir es la seguridad es por eso que en conmemoración del Día de las Madres en México, Goodyear da una lista de sugerencias para las mamás y futuras mamás conductoras.

Recomendaciones generales:

  1. Señales de tránsito. Respetarlas en todo momento.
  2. Uso de cinturón de seguridad: Asegurarse que todos, tus hijos y tú misma, los usen.
  3. Uso de silla para bebé: Los bebés deben viajar en ellas y se deben ubicar en sentido
  4. inverso al de la marcha del vehículo.
  5. Uso de asiento infantil: Debido a que los cinturones de seguridad han sido diseñados para adultos, los menores deben usar un asiento infantil que asegura la protección y contención del niño en caso de accidentes y también proporciona más comodidad durante el viaje.
  6. Evitar distracciones: Cuando se es mamá es fácil distraerse atendiendo a tus hijos. Si ellos necesitan atención real en algún trayecto, es recomendable, orillarte, detener el auto y atenderlos debidamente.

De ser posible, es mejor que la futura mamá viaje como pasajera en los asientos posteriores, pues son más amplios y cómodos. Sin embargo, las mujeres embarazadas por lo regular pueden conducir un automóvil sin dificultades antes de su sexto mes de embarazo y si este es tu caso, por favor considera lo siguiente:

  1. Desplazamientos largos. Es recomendable evitarlos en las semanas previas a la semana 30 de gestación. Como máximo, la mujer embarazada debe conducir 100 kilómetros seguidos y no más de tres horas al día debido a que las náuseas y los mareos, característicos de un embarazo, son más frecuentes en los viajes largos.
  2. Uso de cinturón de seguridad: Se debe colocar la banda inferior lo más bajo posible, impidiendo que haga presión directa sobre el útero, al tiempo que la banda superior debe ir entre los senos. También es recomendable que la ropa vaya siempre por debajo del cinturón, con el fin de evitar presiones incómodas.
  3. Distancia entre el asiento y el tablero: Acrecentarla para impedir que el vientre roce con el volante, ello sin perder el buen contacto con los pedales.
  4. Posición del respaldo del asiento: Debe de estar lo más recto posible y el centro de la cabecera a la altura de la nuca.
  5. Uso de bolsas de aire: Mantener activadas tanto la del piloto como la del copiloto, ya que su uso no representa peligro alguno para la mamá.
  6. Descanso: En trayectos largos, se sugiere hacer paradas cada dos horas para descansar durante algunos minutos y comer algo, aunque la mujer embarazada no sea quien conduzca.
  7. Accidente: En su caso es fundamental conservar la calma, pedir ayuda y acudir al servicio médico de urgencia para revisar el estado de salud tanto de la madre como del bebé, aunque el impacto haya sido mínimo.
  8. Compañía a partir de la semana 30 de gestación: A medida que avanza la gestación, la mujer se siente más cansada y su capacidad de concentración disminuye. Además, algunos trastornos, como el dolor de espalda, se intensifican, lo que puede dificultar la conducción.

Es por ello, que se recomienda que a partir de la semana 30 de gestación, la mujer embarazada viaje acompañada.

Adicionalmente, es recomendable revisar frecuentemente el aceite, anticongelante, batería, equipo de emergencia, frenos, limpiaparabrisas, luces, documentación y llantas. De éstas últimas se sugiere verificar el nivel de presión y desgaste. Es importante no dejar de considerar el neumático de refacción.

La presión debe ser ajustada de acuerdo a las especificaciones del fabricante, quien da los valores adecuados de presión para las llantas traseras y delanteras, dependiendo del número de pasajeros que viajen en el vehículo. Esta información se puede encontrar en el manual del auto o en la tapa del tanque de gasolina. Por otro lado si se habla del desgaste de las llantas se debe asegurar que éste no haya alcanzado el nivel de los indicadores de desgaste, ya que en este momento la llanta se vuelve poco segura para manejar, principalmente en pisos mojados. Además, no deben de presentar cuarteaduras ya que éstas indican un desgaste excesivo del hule, o “chipotes”, que por su parte indicarían una debilitación de la pared de la llanta. Ambos factores representan un factor decisivo para cambiar una llanta.

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