Miras esas escenas en el noticiero de la noche o en YouTube; contemplas con horror esos autos con agua hasta casi el filo de la portezuela en algún bajopuente de Viaducto o aquel estacionamiento de un edificio de Tlalpan con cinco coches flotando. Sientes compasión por los dueños de esos autos pero al mismo tiempo estás seco, tranquilo. ¡No te confíes! Te puede pasar en cualquier momento. Así que fíjate muy bien en este manual de emergencia, que te ayudará a no arruinar todavía más tu inversión en cuatro ruedas.

Hay dos escenarios del desastre:

Escenario 1

Estás circulando; al frente, una calle inundada. Te resulta complicado calcular la profundidad del vado, pero si al arroyo de vehículos no está del todo detenido y el agua no cubre más dos tercios de las ruedas de los autos al frente, muy probablemente podrás pasar. Si no puedes tener certeza de esas dos condiciones, mejor ni avances y mantente sobre suelo drenado. El caos está, de cualquier forma, asegurado.

Ok, no pudiste evitarlo. Te has introducido en el agua y muy pronto atestiguas cómo tus pies empiezan a chapotear en el piso del auto. Abre un poco las ventanas. Ventila lo más que puedas. No tiene mucho caso que apagues el auto. Intenta circular hasta el último minuto. Pasado ese punto es muy probable que se apague solo al penetrar el agua en el motor. Por lo que más quieras: si se apaga, no intentes volver arrancarlo. Solo provocarás daños graves mecánicos (ese término de pesadilla: desbielamiento) o eléctricos. Simplemente espera allí. Llama al seguro, a una grúa o, de plano, espera la llegada de la policía o protección civil. Tendrás que esperar con paciencia a que baje el nivel de agua y la llegada de algún tipo de remolque. Comienza una cuenta atrás: debes secarlo lo antes posible.

Escenario 2

Cuando el agua sobrepasó el nivel del piso de tu auto, este se encontraba detenido, estacionado. OK, lo sentimos mucho, pero no debes intentar arrancar el motor, aunque el agua ya haya descendido. Ni siquiera pongas la llave en el switch. La cuenta atrás para secarlo comienza también para ti, pero al menos evitarás el desbielamiento o un corto circuito. Y de lo que se trata ahora es de evitar también una limpieza especializada a posteriori y carísima. ¿Y cuál es esa? La que incluye reparar el óxido y retapizar los asientos, pues se mantuvieron mojados durante tanto tiempo que empezaron a pudrirse, generar malos olores, hongos y demás microorganismos.

De manera general, haz esto o asegúrate que el técnico mecánico lo haga, ya sea en tu espacio o en un taller. Claro, aplica para los dos escenarios:

1. Abre todas las puertas del auto para que se seque lo más pronto posible.

2. Desconecta la batería, quita el filtro de aire.

3. Si puedes acceder a ellas, desmonta las bujías y sécalas con un trapo. Déjalas al aire libre.

4. Revisa el nivel de aceite. Si supera el máximo, es probable que el agua haya penetrado. Tendrás que drenarlo todo.

5. Hasta donde puedas, limpia los conectores de toda la instalación eléctrica, tanto del moto como del habitáculo.

6. Verifica que el tanque de gasolina no tenga agua. Sácale dos litros; si ves que está mezclada, ni modo: tendrás que vaciarlo y secar el tanque. Revisa, de una vez, si no hay agua en el escapa.

7. Consigue o renta una aspiradora industrial, capaz de succionar agua. Repetimos: cada hora cuenta. Seca las vestiduras del suelo y los asientos lo más posible. Con toallas al final, incluso.

8. Si estás seguro que ya se secó, conecta la batería, pon filtros (nuevos), restaura la instalación eléctrica. Si, de nuevo, no logra arrancar, ni modo: al mecánico derechito.

El tema del seguro

Una idea más o menos común es que ningún seguro cubre el desbielamiento, en ningún caso. Eso no es verdad. Por ejemplo: la cobertura amplia de daños material de Mapfre (daños que no son causados por un choque, como los “daños por eventos naturales”) sí especifica el amparo del desbielamiento del motor. De hecho, contempla el caso específico de la inundación, junto con la pérdida total (cuando el costo de reparación, más el valor de recuperación, iguala o excede el valor actual en efectivo de tu auto, antes de ser inundado). De forma general: si el agua llega cubre el tablero y los instrumentos: pérdida total. Aunque depende del caso, claro. De cualquier forma, más te vale contar con la cobertura amplia.

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