Una tendencia en el sector retail (a estas alturas, casi, casi un dogma) ha alcanzado ya a la industria automotriz: la de considerar un centro de distribución no como el punto donde ocurre una transacción comercial, sino como el lugar en el que el cliente vivirá ‘experiencias’ significativas.
OK, sin rollos mercadológicos: la agencia de coches tradicional (ese espacio gris al que entrabas de niño con tu padre, y en el que de repente te asaltaba un hombre encorbatado y aburrido para intentar venderte el auto que estabas admirando), tiene sus días contados. Adiós, agencia. Hola, centro de hospitalidad.   
Ya no hay marcha atrás. Nissan es una de las primeras armadoras en ejecutar el cambio. A mediados de marzo pasado, se inauguró un nuevo centro de distribución Nissan en Playa del Carmen, una plaza de crecimiento explosivo. No era una agencia ‘normal’. La fachada estrenaba un color rojo para su logo en gran tamaño, que en realidad, es el nuevo estilo gráfico de la marca. Pero no se trató solo de una lavada de cara. “Nuestras agencias, con el  estándar, ahora tienen un ambiente mucho más intuitivo. No te sientes en una oficina, te involucras mucho más en la marca. Tienes una inmersión profunda”, describe José Arturo Garza, director de Desarrollo de Red, Satisfacción al Cliente y Capacitación Comercial de Nissan Mexicana.  
El taller como sala abierta. Hay tabletas para navegar, algún lounge para relajarse, autos para probar y asesores (no vendedores) que te guiarán. No lo duden, en poco tiempo la mayor parte de las agencias de todas las marcas serán así. Digamos que la industria automotriz le da la mano a una Apple Store. Pero el cambio más sustancial está en el área de postventa y servicio, al menos en la forma como propone Nissan. Un gran ventanal divide una sala bien amueblada del taller. Mientras esperas que le den mantenimiento a tu auto, observas cada paso del proceso.
Tras Playa del Carmen, poco a poco, veremos más centros Nissan con este concepto. 

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