Cinco meses justos después de su presentación en el Auto Show de Los Ángeles, llega al mercado mexicano la evolución de medio ciclo generacional del Mazda CX-5. Volverá a llamar la atención en el segmento gracias a las mejoras que recibió en términos de diseño, construcción y manejo.

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La versión 2018 de este SUV compacto, que ya está disponible con cuatro niveles de equipamiento, evoluciona satisfactoriamente el lenguaje de diseño Kodo, mejorando 698 partes del modelo. Dicho cambio, toma como inspiración el arte japones, el cual está en constante búsqueda de la perfección poniendo énfasis en los detalles.

Lo anterior, se expresa por medio de un diseño que se ayuda de líneas más sutiles en la carrocería, las cuales resaltan entre la fluidez de las superficies para terminar con el impacto visual provocado por la parrilla tipo panal que ahora es más profunda y donde contrasta el acabado cromado en el logo y en la base de ésta.

Los cambios del Mazda CX-5 también están en el interior, donde se re posicionaron de manera simétrica elementos como el volante, panel de instrumentos, manijas de puertas y pedales, entre muchos otros, con el fin de crear un ambiente de comodidad, armonía y sofisticación.

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En este proceso de evolución, también se trabajó en hacer una cabina más silenciosa por medio de la incorporación de nuevos materiales aislantes y placas más gruesas de acero en la parte inferior del auto. Además, se eliminó la vibración en llantas, suspensiones y carrocería, así como en hacer más suave el ruido del motor, todo para hacer placentera la estancia al interior del auto.

Al ser solo una actualización mayor, no se tuvieron cambios en las motorizaciones. Para nuestro mercado, se seguirá con el 2.0 litros de 153 hp y 148 lb-pie (disponible para las versiones I 2WD, I Sport 2WD y la I Grand Touring 2WD) y el 2,5 litros de 188 hp y 185 lb-pie (solo para el tope de gama, la I S Grand Touring 2WD). Ambos motores cuentan con una transmisión de seis velocidades con modo manual. La novedad en este sentido es que la variante 4WD queda eliminada.

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Una gran adición a esta actualización del CX-5 es la inclusión del sistema G Vectoring Control (GVC), el cual integra el funcionamiento del motor con el chasis para asegurar una transición suave de las fuerzas G y así lograr un desempeño dinámico y uniforme al acelerar, al tomar una curva o al frenar.

En nuestro primer contacto con el modelo, definitivamente lo más destacable es el diseño exterior, el cual lleva un paso adelante ese estilo elegante y deportivo que distingue a los modelos de la marca japonesa.

En el interior, se nota un ensamble mejor trabajado, el uso de materiales de mayor calidad al igual que un habitáculo con estilo minimalista pero con el toque sofisticado donde los elementos están colocados de manera ergonómica.

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El ruido al interior se redujo considerablemente y el comportamiento de marcha es sumamente confortable. El desempeño del motor es igual que la versión anterior logrando buenos ritmos en carretera y agilidad en ciudad.

El nuevo sistema GVC está muy presente en la conducción, sobre todo al momento de tomar las curvas donde casi no se siente el balanceo de la carrocería.

Es un vehículo muy equipado (la versión probada fue la I S Grand Touring). Tiene cámara de reversa y alerta de punto ciego entre otros sistemas de asistencia y de confort como el audio Bose, entre muchos otros elementos.

Esperamos próximamente el vehículo para hacer una prueba a fondo y conocer a detalle las cualidades que presenta esta nueva versión del SUV compacto de Mazda.

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