Las motos consumen poca gasolina en comparación con los automóviles, disculpen todos la obviedad. Igual no importa: la movilidad eléctrica también ha hecho su aparición en los caballos de acero.

Las grandes marcas todavía se mantienen en un paréntesis de expectación ante esta fuente de energía alternativa. Por eso, han sido las  empresas pequeñas, muchas de ellas nuevas, las que se han aventurado a ofrecer motos cero emisiones.

La moto eléctrica: rebelde con causa
La moto eléctrica: rebelde con causa

La batería que alimenta al generador eléctrico de estas motos debe cargarse de energía por medio de una toma de corriente, claro está. Esta acción sencilla nos permite alcanzar el viejo sueño: olvidarnos de acudir a la gasolinera y, al mismo tiempo, cooperar por un mejor medio ambiente.
Sin embargo, al ser una tecnología relativamente nueva (nos referimos a su aplicación en vehículos de consumo masivo, no al desarrollo en sí) existen algunos contras, como es el precio de la motocicleta per se, la autonomía de la batería, el tiempo de recarga y el aumento inevitable en las facturas de la CFE (costo nada escandaloso pero tampoco despreciable).

La moto eléctrica: rebelde con causa
La moto eléctrica: rebelde con causa
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