Los organizadores del Rally de México tuvieron el día de ayer jueves 9 de marzo, uno de esos días donde todo parece ir de mal en peor y es que la arrancada de la tercera fecha del calendario de la WRC, que por primera vez se llevó a cabo en la CDMX, no tuvo el mejor escenario gracias a la lluvia e imprevistos en la logística de traslado de las unidades a León.

Todo comenzó (si no es que antes) con una lluvia de mediana intensidad una hora antes de que iniciara el espectáculo que, cual agua bendita en iglesia, espantó a algunos cuantos "villamelones" dejando a los verdaderos fanáticos de la categoría.

Posteriormente, las divisiones inferiores de la WRC se encargaron de apagar todavía más los ánimos de los asistentes al recorrer el circuito de 1.57 km de la manera más apática posible, algunos pasaban las dos rampas del circuito (que suponían un salto espectacular) de una manera delicada – para que se den una idea, hay topes en nuestro país que los conductores pasan de manera más extrema y con un Spark- y en las rotondas, tenían que meter reversa para superar el obstáculo, lo que provocó que algunos asistentes que apenas se acercaban a la categoría se preguntaran ¿Esto es normal?, - en la opinión de un servidor: ¿Qué fue es eso señores? eso no tuvo nada de espíritu rally.

No fue hasta la WRC2 que las cosas se pusieron mejores, los saltos eran más atrevidos y los mexicanos entraron en acción, Pancho Name, Ricardo Triviño y por su puesto, el campeón de la categoría de Producción de la WRC en 2012, Benito Guerra.

Pero en fin, lo más emocionante (como siempre y como es normal), fueron los poderosos World Rally Car de la categoría estelar, los cuales prendían el ambiente desde que se escuchaba el rugir de los poderos motores antes de entrar al circuito y por fin, asombrar al público con los derrapes y saltos espectaculares gracias al talento de los pilotos como el actual campeón Sébastien Ogier, quien después de que Volkswagen Motorsport abdicacó al trono de la WRC el año pasado se unió a las filas de la escudería M-Sport.

Pero como dijimos, las cosas no terminaron ahí y la “Ley de Murphy” se hizó presente. Inmediatamente cuando terminó la carrera, todos los autos fueron llevados a las madrinas para ser trasladados a la ciudad de León y así continuar con la agenda pero no contaban con que el día no acababa ahí, pues un accidente en la carretera México-Querétaro provocó un paro a la circulación de prácticamente toda la madrugada del día de hoy, lo que obviamente retrasó la llegada de las unidades de competencia y con ello, la cancelación de dos etapas de la carrera (El Chocolate 1 y Las Minas1). Según informes, se tiene programado la reanudación a partir de las 4 pm de hoy.

Toda esta situación seguramente tiene a los guanajuatenses muriendo de risa, pues para nada les gustó la idea que se cambiara la arrancada de la WRC de Guanajuato a la CDMX.

En fin, esperemos que no pase de ahí y todo esto no provoque que – si es que se tiene considerado- se cancele el próximo año la arrancada en la capital del país.


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