Acura develó la segunda generación de su vehículo autónomo. Se trata de una versión modificada del sedán RLX Sport Hybrid SH-AWD, el cual  ha sido acondicionado con una amplia gama de equipamiento tecnológico que incluye radares, dispositivos Lidar, cámaras y sensores GPS. Todo lo anterior se complementa con el uso de dispositivos CPU y GPU de alto desempeño, cableado de alta calidad, gestión de calor, etcétera.

Todas estas mejoras se combinan con una nueva serie de algoritmos mucho más inteligentes para hacer frente a escenarios de pruebas más complejos.

El vehículo de desarrollo ha sido diseñado para lograr una alta fiabilidad mediante la fusión de información obtenida a través de varios sensores. Dicho concepto, conocido como fusión de sensores, permite a los ingenieros evaluar y validar la información de cada señal con un mayor grado de precisión a partir del registro de cualquier a de los sensores de manera independiente.

Como ejemplo encontramos que los sensores de radar del RDX se encargan exclusivamente de la detección de la posición relativa y la velocidad de los objetos exteriores. Sus mediciones cuentan con una exactitud milimétrica. Por su parte, el sistema de cámaras se encarga de detectar e identificar objetos en función del tamaño y la forma.

Este mismo concepto se aplica actualmente en el sistema de seguridad activa AcuraWatch, que se puede apreciar en varios de los modelos de la gama actual.

El vehículo será puesto a prueba por el equipo de investigación y desarrollo de Honda Estados Unidos en GoMentum Station, una pista especial para automóviles autónomos que cuenta con más de 5 mil acres de terreno de pruebas ubicada en San Francisco.

El programa de pruebas del RLX autónomo está alineado con el objetivo de que la compañía pueda introducir este tipo de tecnologías alrededor del año 2020.

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