El objetivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna es concientizar a la población acerca de su importancia, colocarla como un tema principal en la agenda política de salud, promover el trabajo conjunto entre los diferentes actores involucrados y desarrollar campañas de apoyo. La Organización Mundial de la Salud recomienda alimentar a los bebés con leche materna exclusivamente durante los primeros seis meses de vida.

Esto trae beneficios tanto para el recién nacido como para la madre: previene la malnutrición, reduce la posibilidad de padecer enfermedades infecciosas y promueve la seguridad alimentaria. En la madre reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario.

A pesar de los beneficios, en México el promedio de lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida es de sólo 14.4%, siendo uno de los más bajos de Latinoamérica. Además de la falta de información, una de las principales razones para abandonar la lactancia materna es la reinserción al mercado laboral después de dar a luz. Lamentablemente, no hay suficiente apoyo para las madres trabajadoras. La tendencia a que cada vez haya menos mujeres que amamantan a sus hijos debe ser atendida como un problema de salud pública.

Es imperativo la existencia de políticas corporativas que impulsen el desarrollo profesional de las mujeres en todas las etapas de su vida y fomenten un equilibrio entre el aspecto laboral y personal. No es necesario esperar a que ninguna ley cambie para promover el desarrollo integral de las mujeres. Ellas representan una fuente de talento y un potencial de crecimiento para las empresas. Apoyarlas no sólo es lo justo, también es un buen negocio.

Desde el sector privado, hay cuatro acciones concretas que se pueden llevar a cabo para impulsar la lactancia materna. Primero, otorgar y respetar licencias de maternidad para que las mujeres tengan suficiente tiempo para cuidar y atender al recién nacido sin miedo a perder su trabajo. Tomarse la licencia de maternidad no debe representar un riesgo.

Segundo, debe haber facilidades de cuidado de los niños dentro o cerca de los espacios de trabajo. Esto para facilitar que las mujeres vuelvan a sus responsabilidades laborales, teniendo a sus bebés cerca para ir a amamantar cuando sea necesario.

Tercero, ofrecer dentro de las oficinas la infraestructura necesaria para la lactancia materna. Esto implica una sala privada con refrigeradores donde las mujeres puedan sacarse la leche, almacenarla y mantenerla en las condiciones óptimas para posteriormente alimentar a su bebé. Cuarto, abrir los esquemas de flextime y home office para las madres trabajadoras. Es muy importante tener presente que lo que importa son los resultados y no las horas en una silla de oficina.

Amamantar en la primera hora de vida, de forma exclusiva durante los primeros seis meses, y después combinar la leche materna con alimentos sólidos es una manera de fortalecer la salud física, emocional e intelectual de los niños. La lactancia materna es fuente de vida y además una manera hermosa de conexión entre la madre y el bebé. Convertirse en madres no tiene por qué ser un impedimento para continuar con su carrera profesional u ocupar puestos de liderazgo; tampoco deben renunciar al derecho a la lactancia materna.

Fundadora de la Fundación Angélica Fuentes

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