Una de las nuevas estrategias en el Sistema Nacional Anticorrupción, consiste en dar intervención a los ciudadanos en el diseño y promoción de políticas integrales en materia de fiscalización, control de recursos públicos, de prevención, disuasión y sanción de faltas administrativas y hechos de corrupción, en especial sobre las causas que los generan. La formación del Estado moderno, según Norberto Bobbio, es, en buena parte, la historia de los intentos de llevar acabo las exigencias manifestadas durante algunos siglos por las teorías iusnaturalistas gracias a diferentes intervenciones constitucionales, con la finalidad de acotar el poder soberano.

En efecto, el cambio se generó desde la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo 113, fracción II, se establece que el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción deberá integrarse por cinco ciudadanos que se hayan destacado por su contribución a la transparencia, la rendición de cuentas o el combate a la corrupción y a uno de ellos se le otorga la representación y presidencia del Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción; a un año de su instalación Edna Jaime (México Evalúa) hace un balance y destaca que el Comité de Participación Ciudadana (CPC), a través de su presidenta Jacqueline Peschard, llevó al seno del SNA importantes asuntos, como el espionaje a través del software Pegasus; el del accidente del Paso Exprés de la autopista México-Cuernavaca, conocido como el socavón, y recientemente el caso Odebrecht.

A este respecto debe hacerse una reflexión, el Sistema Nacional Anticorrupción no es una institución operativa por su diseño, no tiene policía, tampoco investigadores y mucho menos una cárcel a su disposición para meter ahí a los corruptos, claramente la Constitución prevé que el Sistema Nacional Anticorrupción es una instancia de coordinación entre las autoridades de todos los órdenes de gobierno y son precisamente las autoridades coordinadas las competentes para investigar, sancionar, administrativa y penalmente, los hechos de corrupción. El método en mi opinión no debe ser inductivo o casuístico, sino deductivo o general, no se trata de señalar un caso concreto, sino identificar mejores prácticas para implementarlas a nivel nacional, por ejemplo en materia de prevención. ¿Cuáles son las causas del cohecho en nuestro país? La mordida es una conducta que la ley castiga desde hace muchos años y sigue siendo una práctica cotidiana que no se ha erradicado. ¿Cuál debería ser la política nacional para combatir ese fenómeno ilícito? ¿Por qué el dinero en México permite comprar el honor, la honradez, la lealtad, la moral de funcionarios y ciudadanos?

Los valores que no tienen precio, que están fuera del mercado y no deberían comprarse ni venderse, son subastados por sujetos que los mueve la ambición. El estudio de estas conductas, entre otras, deben ser el trabajo constante para elaborar las políticas públicas que permitan combatirlas y con este nuevo modelo los ciudadanos pueden construir soluciones junto con las autoridades.

El pasado 9 de febrero, culminó el plazo de la primera presidencia del Comité Coordinador, que estuvo a cargo de la doctora Jacqueline Peschard Mariscal, quien tuvo la enorme tarea de dar inicio y sentar las bases de este nuevo modelo. Ahora, preside otra distinguida ciudadana, la maestra Mariclaire Acosta Urquidi, quien tendrá la encomienda de consolidar la conformación del Sistema Nacional Anticorrupción, la creación de la Plataforma Digital Nacional, los Formatos de Declaración Patrimonial y de Intereses, la integración de los sistemas locales anticorrupción, sólo por mencionar algunos de los retos.

Erradicar la corrupción es una labor descomunal, construir el país que queremos nos obliga a actuar con transparencia y eficacia, esto es lo que desea la sociedad, un México libre de corrupción.

Consejero de la Judicatura Federal

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