Las cardiopatías congénitas son los defectos más frecuentes entre las malformaciones congénitas. Se estima que alrededor de 1% de los recién nacidos tienen un defecto cardiaco y esta prevalencia es habitual en todos los reportes poblacionales, además de ser la causa de 10% de los abortos espontáneos.

Como causa de muerte en los países desarrollados, es la más frecuente entre los menores de un año de edad. Cerca de 50% se manifiesta en el primer año de vida y 50% de ellos, en el primer mes. Es en este lapso que las cardiopatías dependientes de que el conducto permanezca permeable deben ser tratadas, pues requieren tratamientos intervencionistas y/o quirúrgicos en esos primeros días.

Las cardiopatías congénitas actualmente en nuestro país son un reto para todos los grupos involucrados en su reconocimiento, estudio y tratamiento. Cada vez se acumulan más recién nacidos afectados y si bien es cierto que ya existen esfuerzos por identificar estas anomalías desde la etapa fetal y en el periodo del recién nacido, aún no hay los centros especializados necesarios para responder a la demanda que exigen un tratamiento temprano.

El reto está en la capacidad de responder por un lado, al creciente interés de los pediatras en hacer diagnósticos prenatales o neonatales de la presencia de cardiopatías congénitas, que ahora ya no son sorpresa en la cuna, pues hay la manera y los conocimientos para su temprana detección, como la oximetría de pulso. El resultado de los esfuerzos de las primeras décadas fue que en esa población que sobrevivió, mejoró su calidad de vida y aumentó la sobrevida. Hoy es una población numerosa, tanto que rebasa al grupo de recién nacidos y están en la frontera de manejo y atención entre la cardiología pediátrica y los cardiólogos de adultos.

La regionalización del manejo de los pacientes con cardiopatía congénita es una necesidad. Actualmente hay alrededor de 14 centros especializados para su tratamiento, 70% en la Ciudad de México. Esto representa centralismo en la atención de estos pacientes y determina la migración de la familia para el tratamiento del paciente. El número de pacientes con cardiopatía es tal, que los centros están saturados, por ello, es una necesidad el fortalecer y formar centros especializados en varios puntos de nuestro país.

La cardiopatía congénita en el adulto representa hoy una especialidad en muchas partes del mundo, pues su número ha crecido de manera importante a raíz del tratamiento adecuado de las diferentes formas de cardiopatía congénita. Esta especialidad estaba lejos de ser considerada, pues la sobrevida no iba más allá de la edad pediátrica sin embargo, esto ha cambiado. Se considera hoy que más del 85% de aquellos nacidos con una cardiopatía, sobreviven hasta la edad adulta. Aquí esta un problema que hace 40 años no tomamos en cuenta.

Otro grupo de pacientes son adultos sin tratamiento de su cardiopatía y además con diagnóstico tardío como el conducto arterioso persistente, comunicación interatrial, coartación de la aorta y la aorta bivalva. En este grupo es muy importante señalar que se debe evaluar el diagnóstico y tratamiento de su cardiopatía, muchos aún tienen oportunidad de ser resueltos y se traduce en mejores condiciones de vida.

En conclusión, las cardiopatías congénitas son los defectos más frecuentes en la etapa neonatal.

La preparación médica para el estudio de estas anomalías es muy importante y requiere manejo grupal y experiencia en el campo, esto dará un tratamiento adecuado con sobrevida en mejores condiciones, permitiendo que lleguen a la edad adulta. La edad y condiciones que no están ajenas al control médico de por vida ya que la mayoría de los sobrevivientes no están exentos de secuelas.


Médicos del Departamento de
Cardiología Pediátrica del Instituto
Nacional de Cardiología Ignacio Chávez

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