En las últimas semanas se ha intensificado la lucha entre el gobierno de AMLO y sus opositores y críticos. Hay una polarización, un clima de lucha que se ha normalizado en posiciones y discursos que se expresan en la opinión pública y llenan el espacio mediático.

La mecánica de este proceso es que cada mañana el presidente genera una opinión o un dato o anuncia alguna decisión que se convierte en un nuevo escándalo. Día con día se acumulan eslabones de una lógica que cotidianamente comprueba lo que cada parte del conflicto reafirma: AMLO es un populista y lleva el país al desastre; y, por el otro lado, los adversarios son fifís y conservadores que están en contra de la 4T. El enfrentamiento está orientado a ganar espacios por la legitimidad de una lucha entre dos proyectos de país. El guión de la lucha se ordena por lo que Jorge Zepeda Patterson llamó La 4T contra la maldita realidad (El País, 10/04/2019). Por eso hay que distinguir entre los cambios que quiere hacer el presidente para enfrentar lo urgente y las grandes inercias que resisten. Hay muchas dinámicas que no dependen de la voluntad presidencial, ni se mueven de acuerdo a la soberanía nacional, como una consecuencia de la globalización. Si la economía internacional está por entrar en una fase de bajo crecimiento, no se puede esperar en México se salga de esa tendencia. Por más que AMLO diga que el objetivo es crecer al 4%, en 2019 el pronóstico indica que sólo se llegará al 1.6%. El presidente puede contradecir al subsecreatrio de Hacienda, pero la realidad terminará por imponerse. El gobierno actual ha puesto en marcha múltiples decisiones para cambiar la estrategia de desarrollo, sin embargo, no sabemos cuánto tiempo tardará el país para ver resultados diferentes. Tampoco sabemos si la política económica de este gobierno podrá generar más crecimiento.

Algo similar sucede con la violencia y sus mediciones. Atravesamos por un periodo crítico en donde se pueden discutir cifras, como hicieron Jorge Ramos y AMLO hace unas semanas, pero el problema de fondo permanece. En esta dimensión sí son importantes las estrategias y los instrumentos, pero lo fundamental son los resultados. El factor de la temporalidad juega un papel central. En los días de Semana Santa el crimen organzado estuvo muy activo, como lo mostraron los asesinatos múltiples en Minatitlán y las mantas con amenazas de muerte al presidente de la República en Guanajuato, por cuenta del crimen huachicolero. ¿En cuánto tiempo sabremos si la estrategia del actual gobierno es mas eficaz que las anteriores? El primer trimestre de 2019 resulta ya el más violento.

Hay materias particularmente litigiosas que AMLO ha ubicado para marcar diferencias con el viejo régimen. Fue sencillo modificar símbolos que dependían de la voluntad del presidente, como cancelar el Estado Mayor Presidencial o dejar Los Pinos. En cambio, otros asuntos han sido particularmente complicados porque se afectan intereses poderosos, como la decisión de cancelar el NAICM. Otro ejemplo es la reforma educativa, que ha tenido varios frentes, uno es el legislativo, en donde ha habido complicaciones porque la CNTE quiere seguir con el control de plazas y promociones y se resiste a la nueva reforma; otro es el debate que mantiene AMLO de cancelar lo que denomina la “mal llamada reforma educativa” y el tema del famoso memorándum, para modificar algunos efectos de la reforma que se ha diagnosticado como una violación a la ley y una afectación a la división de poderes, lo cual generó otro escándalo mediático.

Sin embargo, hay una buena cantidad de decisiones acertadas que no han tenido la misma densidad mediática, pero son piezas importantes en las batallas por la legitimidad: como el aumento salarial, la reforma laboral en proceso, la disminución de la burocracia dorada, la baja del financiamiento a partidos (en proceso), la disminución del 50% del presupuesto publicitario a medios, entre otras.

Mientras no haya resultados visibles en seguridad y bienestar, la polarización crecerá. Cada decisión y cada declaración presidencial abrirán una batalla entre dos proyectos de país que seguirán en pugna. La 4T está a prueba…

Investigador del CIESAS. @AzizNassif

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