Quien a estas alturas del partido descarte una cinta por el simple hecho de ser un blockbuster, entonces no ha entendido nada. ¿El cine deja de ser cine por el tamaño de su presupuesto, por su alcance de miras, o por estar protagonizado por una estrella? Explíquenle eso a Hitchcock, a Cameron, a Spielberg.

No, el cine comercial no es descartable automáticamente sólo por ser “comercial” (como tampoco el “cine de arte” es automáticamente valioso por ser “de arte”). A lo largo de la historia han existido grandes obras que parten de un gran presupuesto y cuyo objetivo más allá del simple retorno de inversión o las ganancias, ha sido primero hacer buen cine.

En esta categoría entra la saga de Misión Imposible. Inicialmente serie de televisión, Tom Cruise la lleva al cine por primera vez en 1996 y para ello convence al mismísimo Brian De Palma de dirigirla. El resultado es el esperado: estamos frente a una cinta con todo el sello del director y que resulta en al menos una escena que sigue siendo icónica: Cruise suspendido por un cable, al ras del suelo. Esa sola imagen es sinónimo de acción.

Cruise convirtió la saga en dos cosas: un aparador de cintas de acción dirigidas por auténticos autores (J.J. Abrams, John Woo, Brad Bird) y el escaparate idóneo para que Tom mismo mostrara su compromiso con el status de gran estrella. Heredero de Buster Keaton, Tom Cruise es el último héroe de acción, la última súper estrella sin miedo a nada y dispuesto a todo con tal de entretener al respetable.

Es además el último héroe de acción analógico en un mundo engañosamente digital. Lo suyo es la acción pura y los efectos prácticos, nada de pantallas verdes o efectos por computadora. Él sabe, y tiene razón, que el ojo humano detecta perfectamente cuando algo en pantalla es computadora y cuando algo es real. Su compromiso como estrella lo obliga a ir siempre por la toma real, por la textura rugosa, por entregarse en cuerpo y alma al ejercicio de entretener.

La última entrega de la saga, que estrena este fin de semana, es definitivamente una de las piezas de acción más depuradas en la historia del género, el mejor blockbuster del año y por supuesto, la mejor película del verano.

Christopher McQuarrie se supera a sí mismo, entregando una pieza cuyas raíces están en el cine silente de Lloyd y Keaton, en el cine de Hitchcock y DePalma, incluso en el cine de Nolan.

¿Es la mejor de la saga? Aquí les dejo mi Top 6 personal de las cintas de Misión Imposible.

6.- Mission Impossible II - Dir: John Woo

La cinta que Tom Cruise filmó después de Eye Wide Shut (1999) fue Misión Imposible II. Luego de estar un año bajo las estrictas órdenes de Stanley Kubrick, la primera de la secuelas de Misión parece ser su desahogo. Lejos de la elegancia y el timing tenso pero pausado de De Palma, John Woo acelera a fondo con escenas de acción por doquier, un soundtrack machacoso y todo el estilo Woo a tope, incluyendo exceso de slow motion y palomas volando por doquier. La cinta es la peor de la saga, la más obvia en cuanto a convencionalismos del género y aunque la trama es una especie de remake a Notorious (Hitchcock, 1946), ello no la salva. ¿Cuándo ha importado la trama en este tipo de películas?

Un bonito dato de trivia: la producción de esta cinta se retrasó por la filmación de Eye Wide Shut (todos sabemos que Kubrick se tomaba su tiempo filmando), ello obligó a que el villano de la cinta, interpretado por es escocés Dougray Scott, tuviera que retrasar su agenda. Scott ya tenía luz verde para ser Wolverine en la cinta de los X-Men y, debido al retraso ocasionado por Kubrick, tuvo que declinar el papel. Como todos sabemos, el siguiente en la lista era Hugh Jackman. Así, Kubrick, en cierta forma, es el responsable de que Hugh Jackman haya sido Wolverine.

5.- Mission Impossible III - Dir: J.J. Abrams

La ópera prima del otrora niño de oro (y hoy francamente ya venido a menos luego de su Star Wars), J.J. Abrams, es en realidad un cuasi remake de su serie de televisión Alias. Éste es el primer episodio de la saga que empieza a coquetear con la idea de una continuidad. Cruise se olvida del ridículo corte de pelo de la segunda, las misiones son mas emocionantes que exhuberantes, y hay grandes personajes como Benji (Simon Pegg), pero no deja de ser una película genérica de acción excepto por dos cosas, la primera: J.J. filmó las secuencias de acción con una estética que por momentos emula a un documental (esa secuencia donde una explosión lanza por los aires a Hunt). Segundo: tiene el mejor villano de toda la saga, el enorme Philip Seymour Hoffman. Una lástima porque Hoffman merecía un mejor director y un mejor guión (¿cómo está eso que el villano muere atropellado?).

4.- Mission Impossible - Rogue Nation - Dir: Christopher McQuarrie

McQuarrie, con más experiencia como escritor que como director, no parecía estar a la altura de sus predecesores. Y entonces vino la gran sorpresa. McQuarrie rompe con muchos de los convencionalismos de la saga, quema en el primer minuto el mayor stunt de la cinta, hace homenaje descarado a Hitchcock, incluso se interna en terrenos que parecían propiedad de Bond. El resultado es espectacular, al grado que Tom Cruise mismo decide que la secuela la debe hacer McQuarrie, no es necesario traer a un nuevo director.

3.- Mission Impossible - Dir: Brian De Palma

El responsable de cintas como Carrie, Los Intocables y Femme Fatale es convencido por Tom Cruise para dirigir la primera cinta de la saga. Su nombre le daba cierta validez y altura al proyecto, a cambio De Palma pidió control total y lo tuvo, la cinta es totalmente De Palma, con características muy propias como los zoom, las pantallas divididas (aunque aquí no fueran de forma literal), el dutch angle, los tracking shots y… los robos. A De Palma le encanta robar secuencias y en este caso no es la excepción: la escena de Hunt colgado de un alambre para robar los datos de la computadora es tomada de Topkapi (1964). Claro, bajo la lente de De Palma, el homenaje se vuelve cannon y esa escena sigue siendo hoy día sinónimo de cine de acción.

2.- Mission Impossible: Fallout  - Dir: Christopher McQuarrie

McQuarrie es el primer director en toda la saga en repetir en el cargo. Ello habla de lo bien que lo había hecho en Rogue Nation. La misión parecía imposible: ¿podía McQuarrie superarse a sí mismo? Spoiler: si, y por mucho. Fallout es una pieza absolutamente elegante y bien cimentada de bien cine de acción. Seis stunts filmados con solvencia y estilo, una película que no te suelta un sólo minuto y que aprovecha al máximo el formato IMAX y la valentía de un Tom Cruise que no sabe detenerse. Una cinta cuyas raíces están en el cine silente, en Buster Keaton, en Chaplin, en De Palma, incluso en Nolan. Está destinada a convertirse en una de las mejores cintas de acción de la historia.

1.- Mission Impossible: Ghost Protocol - Dir: Brad Bird

Siendo honestos, el número uno y el número dos de esta lista son intercambiables. Ambas están a milímetros de distancia en términos de acción y buen cine. Brad Bird rompe con todo lo que se había visto antes, no sólo diseña una escena de absoluta demencia (Cruise escalando el Burj Khalifa sin usar dobles) sino que toda la película está armada con el mejor storytelling posible. Bird es un maestro en el manejo de los espacios y el cine de acción, y aquí lo demuestra una vez más (la primera fue en The Incredibles).

-O-

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