El próximo miércoles 17 se sesionará un caso en la Suprema Corte de Justicia, que tanto Alejandro Martí junto con su organización México SOS, como su servidora, hemos defendido. Un caso simbólico que demuestra cómo el respeto al debido proceso es importante.

La justicia debe siempre definirse de la mano del derecho a réplica y de las investigaciones pertinentes por parte de las autoridades, para que podamos garantizar un cambio sistémico.

El miércoles 17 se sesiona el caso del comandante Raúl Sánchez Labrada y su batallón, en el Tercer Tribunal Unitario del Cuarto Circuito (Actual Tribunal de Apelación del Cuarto Circuito) Exp. Origen: A.D. (D.S.) a cargo de la ministra Ana Margarita Ríos Farjat.

“Sin un Estado de Derecho no hay lucha que valga”, me decía Alejandro Martí. Él, hasta sus últimos días, defendió, ante todas las críticas, la dignidad de los militares injustamente acusados y encarcelados. Alejandro entendía que la venganza y el encarcelamiento sin un debido proceso no es la manera de reparar el México invadido en delincuencia y violencia. El legado de Alejandro siempre nos recordará que en México tenemos una deuda pendiente de la dignificación del cuerpo policial y militar.

Un elemento de Labrada, tras recibir todo el batallón la primera sentencia de 22 años 6 meses, optó por quitarse la vida en la cárcel. Qué ironía que pagamos a un uniformado y su batallón, hoy después de 7 años continúa privados de su libertad. ¿Irónico, no? Uno de los batallones, que fue clave en la detención de uno de los capos más importantes de este país, hoy, con tremendas violaciones a su debido proceso, siguen peleando su libertad.

Yo me senté con el papá de la víctima y no tengo más que respeto y admiración por su lucha. Un papá como muchos que buscan la verdadera justicia en México con posibilidades casi nulas de encontrarla por culpa de un Sistema de Justicia Penal corrupto e inhumano. Una víctima más de los miles que se enfrentan a un Sistema, que lejos de reparar y de buscar justicia, revictimiza y manipula expedientes con fines políticos y sociales.

Las víctimas y familiares en este país cuyas vidas han sido arrancadas por la violencia, son y deben ser la prioridad. Deben afrontar el sistema de justicia con dignidad y apoyo integral.

Si seguimos tolerando violaciones sistémicas, deshumanizadas y corruptas del Sistema de Justicia Penal, no solamente Labrada y su batallón, sino todas las y los mexicanos viviremos expuestos a ser víctimas de una injusticia.

Hoy, hago un llamado a la ministra Ana Margarita Ríos Farjat y al resto de las y los magistrados para que sesionen recordando que hablamos de vidas humanas que tienen familias; militares que defendieron con lealtad y continúan portando el uniforme por y para México.

Les pido sesionen teniendo presente la reparación del daño a Labrada, su batallón y sus familias; desde la justicia que merecen.

Martí decía: “Si no pueden, renuncien”. Me parece que la máxima autoridad de justicia, la Suprema Corte, tiene una responsabilidad de hacer lo correcto y reparar el daño de encarcelar a gente inocente y no ser parte de un gremio político disfrazado de justicieros que creen que “no es quién la haga, sino quién la paga”, con tal de dar carpetazos a los diferentes asuntos de violencia que aterran en este país.

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