Venecia.— Quien haya presenciado la inquietante cuenta regresiva de los siete pecados capitales en "Seven", explorado los rincones más oscuros de la naturaleza humana junto a Brad Pitt y Morgan Freeman, o sentido el impacto de cada puñetazo en "El Club de la pelea", sumergiéndose en la caótica dualidad de Edward Norton y Brad Pitt, sabrá que es uno de los cineastas más virtuosos del thriller psicológico.

El realizador retoma su esencia en su nueva película "El asesino", que llega mañana a Netflix, en esta ocasión con un homicida poco convencional, interpretado por Michael Fassbender, quien cree que tiene todos sus actos fríamente calculados, hasta que la realidad le da la vuelta.

“Lo que pensé que no sólo era interesante sino también revelador es la idea del asesino que obtiene todo lo que necesita para preparar sus crímenes en algo tan cotidiano como el Home Depot de la esquina. Me gustó esa noción de que ese tipo existe ahora y está justo afuera caminando al lado tuyo en la calle, mezclándose con todos como uno más”, explica el cineasta a EL UNIVERSAL desde la habitación del Hotel Excélsior, en el pasado Festival de Venecia.

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El que un personaje así se encuentre entre nosotros es algo que el realizador ve factible pues, además de ser un maestro del suspenso, es un artista visionario.

En 2010 con "Red social" comenzó a plantar la semilla sobre cómo las sociedades, cada vez más alienadas, se vuelcan a un ensimismamiento orwelliano.

Acerca de cómo cree que la vida ha cambiado desde su filme del creador de Facebook y si imaginó el impacto que tendrían las redes sociales, responde:

“Nos han transformado. Absolutamente. Antes las personas no tenían tiempo para sentarse y leer un artículo en el New York Times. Pero ahora ni siquiera tienen tiempo de ir más allá de un titular.

“Este tipo de aceleración es bastante impresionante y sus implicaciones son enormes. Como animales que somos es muy fácil entregarnos a la distracción. Yo mismo lo experimento porque desde que comencé a dirigir películas hasta ahora me he tenido que hacer mucho más didáctico de lo que solía ser”, dice.

Al cineasta le preocupa la desinformación que hay y cómo las personas dan por hecho todo lo que consumen en internet sin darse cuenta de que la mayoría de lo que leen son datos falsos.

“Creo que las redes sociales son como un pitbull al que le agradas; debes conocer su reputación y comprender qué es capaz de hacer. Después, es necesario entenderlo e interactuar con él de manera significativa. Las personas se lastiman porque no comprenden qué hace ese animal, cuáles son sus temores y cómo reacciona”.

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El vecino que nadie ve

Para El asesino, el realizador regresó a trabajar con Andrew Kevin Walke, guionista de Seven. Ambos buscaron que la historia ulterior del filme fuera adentrarse a detalle en un hombre que “tiene que crear hasta 28 estrategias para provocar que un señor con un bote de basura atraviese una puerta en el momento preciso”.

De este maquiavélico personaje, David reflexiona: “Me gusta especialmente la idea de poder escuchar los pensamientos de alguien, conozco a muchas personas que en el día a día se mienten a sí mismas, las mentiras que nos decimos a nosotros mismos para pensar que todo estará bien, es ahí en donde está el factor interesante de esta trama”.

Fincher destaca que buscó alejarse de la literalidad de su obra, añadiendo piezas que el espectador irá atando: “Cuando entré al mundo de los videos musicales realmente sentí que la explosión de la televisión musical era la explosión de una especie de pensamiento abstracto. Las cosas eran mucho más poéticas, efímeras y abstractas que en el cine, Y luego parece que se dio un giro hacia otra dirección”.

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